Proveniente del estado de Puebla, este Cristo de madera tallada y policromada del siglo XVIII está inspirado en el Cristo Negro que se encuentra en la Basílica de Esquipulas en la ciudad del mismo nombre en Guatemala. Los rasgos distintivos de esta escultura religiosa son el tono moreno de su piel y la colocación de potencias y corona de espinas sobre la cabeza. Su importancia histórica radica en la amplia difusión de su culto entre los habitantes de diversos países americanos.

Al llegar al Taller de Escultura Policromada, en donde se realizaron las labores para su conservación, el Cristo presentaba un avanzado estado de deterioro causado por la cantidad de suciedad y material ajeno depositado en la superficie, por un ataque biológico, por perdida de elementos y también resultado de intervenciones anteriores que se realizaron con una enorme falta de conocimiento.

¿Sabías qué?

La escultura presenta una placa metálica pulida en el interior de la cavidad bucal para reflejar la luz a manera de espejo y un cristal en la herida del costado a través del cual se observa el interior del costado. Ambos elementos poco frecuentes en las esculturas novohispanas.